Música

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Semanario Galway 2: Dublín y el oro negro irlandés


Muchas cosas distancian a Irlanda de España: el Sol, la lluvia, la gente, las diferentes costumbres, los precios, el idioma, los kilómetros… Cosas que, si hubiese omitido, el texto no habría perdido interés, sino que incluso habría ganado lectores pero, debido a mi holgazanería, no me apetece pensar en otra introducción con más gancho, que para eso esto lo hago gratis.
Como decía, las diferencias son elevadas, y hay que reconocer, que en lo que a vender el producto se refiere, los irlandeses nos llevan años de ventaja.
El producto se llama Guinness y es algo así como una cerveza que tiene muy buena pinta (aquí la gente dice “pint”) aunque cuando llevas bebida la mitad piensas: no está mal pero, si no le hubieran dado tanto bombo, me hubiese pedido una Murphy´s.
A pesar de todo, tuve la suerte de visitar la fábrica el día en que se cumplía su 250 aniversario (bueno, dos días más tarde, pero todavía lo seguían celebrando vaya) y digo lo de suerte porque recurrir a la ironía siempre me ha gustado, pero que me expliquen en cuatro paneles (muy bien iluminados, eso si) el procedimiento de elaboración de la dichosa cervecita y acto seguido mandarte a freír “noodles” (tras la toma gratuita de una de las susodichas, menos mal) podría habérmelo ahorrado con un simple vistazo en wikipedia.
No obstante, no fui el único turista que cayó en la trampa de la fabricación del oro negro irlandés. Junto a mi se encontraban ilusos de todo el mundo que leían y releían los cartelitos explicativos con la desesperada intención de amortizar en la medida de lo posible el elevado precio de la entrada aunque, para mi asombro, al llegar a la última planta de aquel curioso edificio con forma de pinta (¡es que ya es obsesión!), la mayoría de la gente al pedir su cerveza de recompensa, le daba dos sorbos y la abandonaba (¿que hubierais hecho vosotros en esa situación? Pensad en una de las múltiples soluciones).
Con esto no quiero deciros que no vayáis a visitar la Guinness Storehouse, de hecho, hacerlo, que como dice el refrán: “mal de muchos, consuelo de tontos”.

Cambiando de tercio, Dublín es una ciudad que no está mal. Bueno, ni bien ni mal, normal, yo que se, ir y verla, que tampoco os sale tan caro, es que me ponéis en un aprieto que ahora mismo no te se decir... Tal vez los puentes si que son bonitos, y el colorido de los edificios del centro también están bien. De hecho, lo que más me gustó fue Temple Bar, que es la zona de fiesta y está repleta de buenos grupos de música callejeros y de numerosos conciertos nocturnos (alta calidad, lo aseguro). Pero, que yo os cuente todo esto, o que lo busquéis vosotros mismos en una guía es lo mismo, así que, tampoco es necesario que me explaye más, que Dublín en una tarde está visto, como quien dice.
En resumen, el pesimismo que surge de los poros de este texto sin poros no lo es tanto, teniendo en cuenta que si a uno le gusta viajar, siempre le va a parecer interesante conocer nuevos lugares. Además, no creo que lo más interesante de Irlanda sea su capital, sino que lo más interesante es la Guinness, conocida en el mundo entero y publicitada hasta en los baños de este país en el que me encuentro. Y si al final, lo más interesante no es la Guinness da igual, porque ellos han conseguido metértela tanto en la cabeza a través de anuncios y más anuncios, que cuando cualquiera de los turistas (exceptuando tal vez los que visitaron la fabrica) que vuelva a su casa después de sus vacaciones y vaya a un pub irlandes, pedirá una de estas oscuras cervezas y le dirá a su acompañante:
-¿Te acuerdas “cari” de lo diferentes que sabían en Irlanda?
-Es verdad, es que allí no tienen ni punto de comparación.
Y los amigos creerán el mito y acabarán visitando irlanda, y se desengañarán al probar el primer trago pero, como no tendrán valor, seguirán con la misma mentira y así que el mito seguirá existiendo.

Por eso, aprendamos de esta gente y publicitemos el jamón que la verdad es que aquí sabe totalmente diferente, entre otras cosas porque solo lo hay de york.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Te curraste la entrada tío, muy bueno y elocuente, me he relajado leyéndolo mientras terminaba mi reporte de laboratorio )que me tiene hasta la coronilla). Hey, mañana pasan una buena película en el concourse, si tienes tiempo hay que ir a verla majo. Hasta luego!

Grito_silencioso dijo...

Ola rodri!!! Siempre mola saber noticias de la gente que se va, y si las cuentas a tu modo...pues que te voy a decir, q nos dan más ganas de vistar tu blog. Espero q nos eches infinito de menos y al igual q a ti, a mi la Guiness...no me gusta copon.

Un abrazo, desde la capital de España.

Daniel Ricardo dijo...

oh man! guinness is so grose!
no es cerveza, es solo un liquidillo negro q se ve super sxy a la vista, pero cuando lo pruebas ni a alcohol sabe... ¡pero ahí lo tiene!

alvaro dijo...

es que en irlanda solo hay pintas???